Aula de Patrimonio: junio 2013

El pasado lunes 27 de mayo pudimos realizar la ansiada visita al Convento de Santa Clara, pospuesta por la dificultad de desarrollarla durante el montaje de la exposición. Finalmente, aprovechando la exposición allí presente de las Santas de Zurbarán, Devoción y Persuación, completamos la visita arquitectónica con una pictórico-textil.

Fotografía realizada por María Antonia Gala Merino. Acceso al Convento de Santa Clara

La actividad comenzó por la exposición de Zurbarán y los vestidos inspirados en sus pinturas, obras de diseñadores de la talla de Hannibal Laguna, Elio Berhanyer o Victorio&Lucchino entre otros. Zurbarán, considerado el primer modisto de la historia por su esmerada representación de volúmenes, tejidos y estampados, nos deleitó con las 17 obras expuestas, representaciones todas ellas de diferentes Santas creadas para la decoración en lugares religiosos, sus principales mecenas. El pintor extremeño, conocedor de la hagiografía de cada Santa, pintó cada obra con los símbolos que referenciaban el martirio que habían sufrido (+INFO: Hagiografía de las Santas de Zurbarán).

Fotografía realizada por Clara Cantarero Soriano. Claustro principal.

La visita museográfica finalizó en el claustro, donde Carmen Hernández Rey, arquitecta, y Gonzalo Sánchez Caballos, arquitecto técnico, comenzaron la explicación de su intervención en el convento.

Para ponernos en antecedentes accedimos a una sala perteneciente a la parte no rehabilitada del convento, que conforma más de dos tercios del complejo. Comprobamos el estado del edificio, sus patologías y las numerosas intervenciones de emergencia a las que se le ha acometido. Como dijo en el Diario de Sevilla el pasado 4 de Junio José García-Tapial y León, otro de los arquitectos encargados de la restauración, solo se ha intervenido en "la parte más valiosa artísticamente, por su claustro renacentista, sus artesonados, azulejerías, esgrafiados y pinturas murales que se localizan en la parte del siglo XVI más próxima a la calle Becas. Pero no podemos olvidarnos del resto de las dependencias que quedan por recuperar, entre las que se encuentran las, históricamente, más valiosas, no solo por ser las más antiguas (de los siglos XIII a XV) sino, sobre todo, por ser parte del semioculto palacio de don Fadrique que aún sobrevive entre sus muros."

Debido al mal estado de la parte no restaurada, la visita se centró en el tercio accesible del convento. La intervención, fundamentada en la consolidación de las numerosas patologías como asientos como el que se percibe en el pilar de la arcada del patio que aparece en la imagen anterior, recuperación de cubiertas y forjados muy deteriorados, refuerzo de la estructura de madera mediante vaciado del núcleo y rellenado de resina epoxi de alta resistencia y reposición de piezas cerámicas a partir de las deterioradas originales.

Fotografía realizada por Itziar Lopez Sánchez. Detalle cerámico

Los muros, fundamentalmente de tapial y ladrillos, algunos con un espesor de hasta un metro, habían absorbido mucho agua proveniente de las grietas de las cubiertas y de la gran capilaridad de estos. La intervención protegía estos muros y generaba un sistema de ventilación que permitiera su secado progresivo. En el refectorio se usaron los bancos, una vez vaciados, como zona de ventilación de los muros. Muchos de estos gruesos muros provienen directamente del antiguo Palacio de Don Fadrique, del cual los arqueólogos hicieron un importante estudio recogido en este artículo: De Palacio a Monasterio. Génesis y transformación del Real Monasterio de Santa Clara de Sevilla

Fotografía realizada por Ezequiel Ríos Jimenez. Acceso al Refectorio

Fotografía realizada por Antonio Díaz Alonso. Interior del Refectorio

En la galería superior del claustro pudimos observar la minuciosa labor de restauración de paramentos llevada a cabo. Tras varias capas de cal que las monjas aplicaron para protegerse de algunas enfermedades como la peste aparecieron multitud de pinturas alegóricas y representaciones religiosas como estos símbolos de la pasión encontrados en unos cuartos que las monjas usaban como armarios y que actualmente se usa como lugar de conferencias.

Fotografía realizada por Sonsoles Luque Barba. Detalles pictóricos en el paramento de los antiguos trasteros del convento.

La visita finalizó con una crítica a la labor de mantenimiento de los edificios restaurados y todos en general. La buena arquitectura busca el respeto al patrimonio arquitectónico intentando enmascarar las necesidades de la arquitectura contemporánea (cables eléctricos, conductos de aire...) para conseguir una mejor comprensión del edificio y su historia. Los gestores de su mantenimiento y conservación deberían seguir estas mismas pautas para prolongar el perfecto estado de los mismos y evitar hacer intervenciones-chapuza que distorsionan su lectura.

Antes de despedirnos se le entregó a la arquitecta y al aparejador un detalle por tan maravillosa e ilustrativa visita. Gracias a Carmen Hernández y Gonzalo Sánchez por su amabilidad.